Segundo de los seis westerns de Jacques Tourneur y el primero de los tres que ha rodado con Joel McCrea. La película pertenece al género llamado "americana" -descripción nostálgica, tierna, llena de detalles y en general risueña de la América profunda, rural y creyente. La esencia del género es ser tranquilizador. Tourneur es aquí fiel al marco exterior del género, pero su película no tiene nada de reconfortante. Plásticamente, la atmósfera es extrañamente dura y tenebrosa (las películas del género "americana" son muy a menudo en color). La mayor parte de las anécdotas relatadas en la intriga son profundamente dramáticas y los raros momentos felices terminan brutalmente en el drama (tras un pic-nic, un hombre encuentra a su padre muerto; un chiquillo asiste a los trucos de un prestidigitador y se desploma, víctima de la fiebre tifoidea, etc.). En la última parte de la película, una verdadera peste, a la vez física y moral, se ha abatido sobre el pueblo, destruyendo los cuerpos, los espíritus y las almas. Un ardid soberbio del pastor, particularmente bien inspirado, permitirá cerrar el relato con una nota optimista. Como es habitual en él, Tourneur ha destruido como quien no quiere la cosa y desde el interior, por el peso insólito de drama y de inquietud del que lo ha cargado, el género en el que trabaja. Otra manera de desviarlo de su senda más corriente y de apropiárselo ha sido la de dar a la nostalgia un carácter netamente fantasmal. Todos los personajes que evoca el narrador están probablemente muertos. El pueblo tal como era y su población no existen más que en sus recuerdos cuyo rastro en la pantalla es semi-real, semi-onírico. Otro aspecto muy tourneriano de la película y un poco secreto, consiste en la lucha que libran el doctor y el pastor. Aparentemente, es una lucha "filosófica": materialismo contra espiritualismo. En verdad, ambos hombres tienen problemas de integración, son exiliados del interior, y ésa es la razón profunda de su conflicto. Tras la epidemia, los dos se encontrarán mejor integrados, y amigos. Típicamente hollywoodiense, esta "pequeña" película de un profesional es una película de autor al cien por cien, donde el director ha moldeado su materia a contrapelo de los hábitos de un género y de lo que se espera de él, y la ha vuelto tan personal que ha llegado a ser universal. Tourneur recibió felicitaciones del autor de la novela original. Sin embargo, la película ha permanecido semiclandestina y se dirige a los "happy few". Era una de las preferidas de Tourneur. Su presupuesto fue mínimo, comparado al de sus películas precedentes, Canyon Passage (Tierra generosa, 1946), Out of the Past (Retorno al pasado, 1947), Berlin Express (Berlín Exprés, 1948). Tourneur se empeñó tanto en realizarla que debió hacer un sacrificio aceptando un salario mucho menos elevado que el que obtenía anteriormente y que ¡nunca más pudo recobrar!
Jacques Lourcelles (Dictionnaire du cinéma-Les films. 1992)