viernes, 8 de diciembre de 2023

I figli di nessuno (Raffaello Matarazzo, 1951)

Tercera película de la serie de siete melodramas de Matarazzo, protagonizada por Yvonne Sanson y Amedeo Nazzari y realizada entre 1950 y 1958. Los hijos de nadie es una extraordinaria amplificación sinfónica y lírica de los temas y situaciones presentes a lo largo de la serie. Aquí, son llevados al límite de su intensidad, con una pizca de delirio barroco que alcanzará su apogeo en Torna (Vuelve a mi vida, 1954), la quinta película de la serie y la única en color. A diferencia de la condensación dramática de Catene, el tiempo desempeña un papel primordial en Los hijos de nadie, y la fuerza melodramática de la historia progresa a través de una profusión de acontecimientos que la alimentan y confieren a la película un auténtico aspecto novelesco. La naturaleza desempeña un papel importante en el drama, y las montañas y grutas de Carrara rodean la acción al tiempo que le confieren una especie de alcance trágico. El tema de la separación de los protagonistas (fundamental en toda la serie) también tiene una expresión reducida en Los hijos de nadie, ya que en la mayoría de las secuencias los tres héroes (el padre, la madre y el hijo) llevan vidas separadas, cruzándose con los otros dos sin reconocerlos ni ser reconocidos por ellos. De hecho, la Providencia proporciona a estos personajes extraños encuentros a ciegas, como en la soberbia secuencia en la que el niño da de beber de sus manos a la monja con la que se ha cruzado delante de la fuente, que no sabe que es su madre, y que ella misma ignora que acaba de encontrarse en presencia de su hijo. El estilo sereno y límpido de Matarazzo no tiene nada de barroco, y se contenta con dejar que el contenido barroco de las escenas crezca y explote, como en el único encuentro de los tres personajes en la penúltima secuencia de la película. Incluso en esta secuencia, el niño moribundo es incapaz de reconocer a su madre y pide a Sor Addolorata, que aparece en ambas películas como una aparición, que le guíe hasta ella. Dejando a la pareja de héroes al final de la historia en el punto álgido de su dolor e inestabilidad -algo bastante inusual en el género-, la película exigía una secuela. Ésta se produjo cuatro años más tarde en L'Angelo bianco (El ángel blanco), sexto título de la serie Nazzari-Sanson.

N.B. En los años veinte, la Titanus ya había producido una exitosa adaptación de la novela de Ruggero Rindi I figli di nessuno (1921), dirigida por Ubaldo Maria Del Colle y protagonizada por Leda Gys en el papel de Luisa. Esta larguísima versión constaba de tres partes: 1) L'inferno bianco; 2) Suor Dolore; 3) Balilla. La acción es bastante similar a la de la versión de 1951, pero Aldo De Benedetti y Matarazzo la ajustaron magistralmente. En la versión muda, el personaje de Luisa muere al final. Matarazzo y Aldo De Benedetti optaron por dejarla con vida, sin duda para no matar a la actriz como heroína de la serie y quizás para abrir la posibilidad de una secuela de esta historia en particular. Otra adaptación de la novela de Rindi, también producida por la Titanus, fue L'angelo bianco, dirigida por Giulio Antamoro y Federico Sinibaldi (1943).

Jacques Lourcelles

"Dictionnaire du Cinéma - Les Films" (Ed. Robert Laffont, 1992)

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